Como una gacela que despega al vuelo, me siento en la disco cuando voy a entrar

y con ansia espero que llegue el momento de pisar la pista y ponerme a bailar.

Ya fuera en la cola oigo retumbar las cajas y los bombos de las bases al vibrar

y mientras espero en el guardarropía, sé que voy a disfrutar.

Dejo la chaqueta, voy a por la copa y noto como el cuerpo no puede esperar.

Ya desde hace rato me envuelve el ritmo y siento que la fiesta ya va empezar.

Llego a la pista y voy saludando, ahí está mi gente, me están esperando.

¡Manos al aire! ¡Que empiece la fiesta! ¡Vamos todos a bailar!

Yo bailo, tú bailas, al ritmo de la music. Yo bailo, tú bailas al ritmo del compás.

Yo bailo, tú bailas, al ritmo de la music, tú bailas siguendo este bounce.

Canción tras canción voy saboreando la sesión que el dj nos ha preparado

y a ritmo de hipe voy desconectando de esa rutina que me está agobiando.

Dejo que la music entre en mi interior, inunde mi cuerpo lleno de calor.

Mi mente no piensa. El movimiento fluye. ¡Que siga esta canción!

Tras bailar un rato siento que el ambiente se va caldeando y el ritmo bajando.

La gente se va a tomar la copa y de la pista se van apartando.

Al notarlo el dj cambia de tema. ¡Nos pone un clásico y la emoción nos llena!

¡Manos al aire! ¡Que siga la fiesta! ¡Vamos todos a bailar!

Yo bailo, tú bailas, al ritmo de la music. Yo bailo, tú bailas al ritmo del compás.

Yo bailo, tú bailas, al ritmo de la music. Yo bailo, tú bailas siguiendo este bounce.